Se compara el rendimiento de niños y adolescentes ciegos/deficientes visuales antes y después del entrenamiento auditivo y del entrenamiento musical en algunas tareas auditivas (discriminación de tonos, categorización tono-timbre, memoria de tonos, lateralización de un sonido estacionario de un tambor, lateralización de uno o dos vehículos de motor en movimiento). En el entrenamiento auditivo, los sujetos participaban activamente, es decir, tenían que responder a preguntas relacionadas con el material sonoro presentado. El entrenamiento musical se basó en la escucha pasiva de sonidos presentados según el Método Tomatis®. La eficacia del entrenamiento (auditivo o musical) se midió como la diferencia entre los resultados de una prueba de verificación previa y posterior al entrenamiento, en la que se pidió a los sujetos que realizaran las tareas auditivas mencionadas al principio. Las personas que participaron en el estudio se dividieron en dos grupos de edad: de 7 a 12 años y de 13 a 19 años.
Según los resultados, el entrenamiento auditivo fue beneficioso para los adolescentes ciegos o deficientes visuales, especialmente en lo que respecta a las tareas de lateralización. Para los niños pequeños, el entrenamiento auditivo no fue tan eficaz como para los adolescentes. Sin embargo, se ha demostrado que el entrenamiento musical fue en general beneficioso para ellos, aunque no se privilegió ninguna de las tareas de verificación.