El análisis del mensaje sonoro por el oído y el cerebro conlleva una dimensión emocional. De hecho, es ésta la que va a permitir distinguir la audición de la escucha. Desde entonces, el campo de aplicación del Método Tomatis® se amplía notablemente e incluye los trastornos emocionales, los trastornos de aprendizaje y los trastornos del lenguaje. Por otra parte, el aprendizaje de las lenguas extranjeras depende de la integración perceptiva de su musicalidad (ritmo, sonoridad, timbre…). Por ello, en los años 60, se añaden muchos nuevos parámetros al Oído Electrónico que permiten personalizar los ajustes según las necesidades de la persona.
A su vez, la publicación del primer libro de Alfred Tomatis, L’oreille et le langage, en 1963, le permite dar a conocer su trabajo ante el gran público.