Los trastornos del procesamiento auditivo se reconocen más fácilmente hoy en día que en el pasado. Hasta hace poco, la capacidad de oír y el órgano del oído eran los últimos parámetros que se examinaban en relación con las dificultades de aprendizaje y el retraso del habla. Afortunadamente, sin embargo, ahora el oído ha pasado a considerarse adecuadamente como un factor fundamental en la lista de elementos que hay que evaluar cuando un niño presenta algunas dificultades del habla y auditivas.